“No resolvemos expedientes, cambiamos vidas”.
Con esa frase, Heyden Cebada Rivas recibió a los nuevos jueces y magistrados que, a diferencia de él, fueron votados en las urnas, por una minoría, pero finalmente en las urnas.
Si el presidente del Poder Judicial lo tiene claro, entonces, ¿por qué cada vez hay más personas encarceladas sin una sentencia?
En su intervención en el pleno del Congreso, para la toma de protesta de jueces y magistrados, Heyden Cebada destacó que cada audiencia, cada resolución y cada sentencia es determinante en la vida de las personas.
La población carcelaria de Quintana Roo y sus familias saben de lo que
habla el magistrado, recién ratificado en la presidencia del Poder Judicial. Porque, en los últimos años, el número de personas recluidas en las cárceles cada vez es mayor.
Pero no porque se llene de personas que estén purgando una condena dictada por algún tribunal, sino de personas procesadas que siguen esperando una audiencia, una sentencia o como le llamó Heyden Cebada, una decisión que cambie sus vidas.
Y es que las cifras van de mal en peor. Por ejemplo al cierre de 2022, solo meses después de que Heyden Cebada asumiera la presidencia, la población carcelaria cerró con 3 mil 324 personas del fuero común.
2 mil 148 de ellas estaban en calidad de procesadas, es decir, en espera de una sentencia.
Otras 1176 ya estaban sentenciadas. En ese año, la proporción era de 35 por ciento sentenciadas y 65 por ciento procesadas.

Desde entonces las cosas han empeorado. En junio del año pasado, por ejemplo, la proporción ya era de casi 70 por ciento procesadas y solo 30 por ciento sentenciadas.
En números, 2 mil 349 personas en espera de sentencia.
En este 2025, las cifras tampoco han mejorado. El corte de junio de este año indica que la población carcelaria creció un 13 por ciento respecto al año pasado, 463 personas adicionales privadas de su libertad.
Y no, no es que hayan aumentado las sentencias. De hecho la población carcelaria extra es casi en su totalidad personas a quienes no se les ha demostrado la culpabilidad del delito.
Este número aumentó un 20 por ciento, pasó de 2 mil 349 personas en 2024 a 2 mil 808 en junio pasado. Una diferencia de 459 personas sin sentencia.
¿Y qué ocurrió con los sentenciados?
En ese caso, pasó de 1050 a 1054. Una diferencia de apenas 4 personas, ni siquiera el 0.5 por ciento.
Y es así que uno de los retos del renovado Poder Judicial sea garantizar la justicia pronta y expedita que tanto se escucha en los informes institucionales. Lo escuchamos hace unos días y seguramente lo escucharemos en los próximos.